domingo, 5 de julio de 2009

accedés. tenés un nombre. le olvidás de poner nombres a tus sueños. te persigue el ego. cuando pensaste que te aliviabas volvía el muy voraz, a pedirte cosas. de todo, para su alimento. que dejes la frase justa, que dejes al que te sentís te empaña una daga, que pongas en vereda al que ose peinarte el copete. claro que el ego no te lleva nunca a nada bueno, cuando se lo alimenta de más. es saludable hasta que toma las riendas. y qé vas a perder? qué te podré decir que te redima? yo, nada. aunque mi ego me pida redimir irredentos y angelar desangelados. si hay que formular reglas, cualquier, toda chica ricotera limpita tiene onda. y punto.