martes, 6 de septiembre de 2011

hay quienes no se preguntan cuáles son sus defectos principales. una calle que siempre hace agua, un recurrente tormento, una pata rota siempre por el mismo costado. si hay talones (cuántas mamis caminan por los countries a las mañanas, en grupos de dos o de tres, con celulares o sin ellos, muchas rubias, me envilece ver la vida de los countries). si hay talones que uno debe detectarse para ser más feliz. la gente no sabe que luchar contra los peores defectos la hace feliz? no sabe que es como se puede ser más pleno? acá se cuece un caldo de todo cultivo posible. los genes, la cultura, las manías que por dolores cuidamos como niños propios interiores. si no los detectamos seremos siempre, en alguno u otro momento, pequeñas hecatombes para uno y para los otros más amados. los que más soportan esas heces nuestras son los más amados. reavivo el poder de la lucha, la fortaleza de saber la más vergonzante debilidad propia. coincido en conocerla, acunarla y decirle un lindo adiós de un patadón bien ubicado. despedirse de los lastres a veces es facilitado por experiencias fuertes; por pérdidas o por dolores. es verdad, le perdí el pulso a la pluma. me disgustan muchas cosas, me rebela el estoicismo en los propios defectos como quien defiende ruinas de calidad humana. me rebela la gente que te sonríe pensando en otra cosa, la gente que te dice que sí pensando que no. me rebela la gente que deja hablar al otro y como a un loco le responde lo que el otro presuntamente espera. no hay peor acto de indignidad que le puedas propinar a otra persona: dejarlo pensando que lo querés, que lo escuchás, o que lo valorás. no hay muchas cosas más feas que callarle al otro la verdad de él que intuimos, que pensamos. a mí, por favor, no me hagan eso. me abatía, antes de volver a parirme. ahora me enoja y entro a los palazos, directamente. sepan, me parí. tuve otro nacimiento y un bloc en blanco que empiezo a escribir con los firuletes, ya basta de vivir en borrador.