me rebela una taradez que es que los varones mismos son los que generan (ciertos varones, algunos) a las minas interesadas. las deploran, pero las forjan. ellas, a su vez, terminan siendo unas interesadas por dos cosas: 1. porque se casaron con ese porque daba "marido". Por lo general mucha gente elige gente para casarse distinta a la que elegiría para cuaquier otra cosa. uno es para casarse y así es el "amor" y basta; otro es el vendedor de pulseras de la playa que te derrite. (Los varones también se juntan o se casan porque la mina da 'esposa' o 'madredemishijos'). 2. Intesadas por venganza, porque no les queda otro bastión: perdieron la batalla del thrill is gone. qé palabra que acá no hay igual: esa chispa al verse la perdieron. y es una batalla que no dan. Y ahí viene el cuerno: ¿cómo compensar el cuerno? con el lucro, con la casa el jardín o el ph o el plasma o la casa en el countrie. con que la tele se vea mejor ya les cambia la vida. muchas minas cómodas que prefieren un amor pedorro a pasarla difícil un poco. A veces. eso les pasa. entonces cobran libidos y realizaciones con lo material. terminan viviendo entonces para la vecina del fondo que se tiñó dos tonos menos este verano o para el jefe o para ser Adjudicataria de Oro de la cucarda a mejor discípula del canal Gourmet.com. así que desorganizadamente expuse mi teoría: los cuernos existen por los amores berretas. (los cuernos sólo son buenos catalizadores en no sé qué ocasiones... cuestiono esa teoría bastante). y los amores berretas generan asimismo mujeres interesadas, materialistas y huecas, porque al sostener un amor berreta y el besito seco diario toooodos los días eventualmente uno se convierte en un ser gris y miserable. así qe los que meten los cuernos no tienen derecho alguno a quejarse de que la jermu lo quiera "vivir", desplumar, sacarle la guita. es una venganza natural de las mujeres de la que, por supuesto, son responsables. así que tirón de orejas para todo el mundo. el tedio se combate y siempre hay mejores cosas qe hacer que andar superponiendo fluidos de una y otra, uno y otro, sobre la piel de los que tienen algún tipo de vaca atada.